René García

Una simple llamada telefónica puede originar una serie de acontecimientos, tal como la teoría del "efecto mariposa", suena pretencioso pero bien  podría ser el origen de una larga y ojalá sin fin... historia.

Debemos remontarnos a nuestros mejores momentos; en mi caso debo repasar en mi mente aquel día en que me aceptaron como "nuevo" en la Fraternidad Llamerada San Andrés.

Mi inclinación a bailar en una entrada como la del Carnaval de Oruro me tenía con un pequeño currículo de danzarín que tuvo su inicio en 1986 como parte del bloque "Llok'allas" del grupo de danza estilizada Suri Sicuri en Oruro. No conforme con la experiencia di un salto cronológico hasta 1988 bailando en la Llamerada Socavón habiendo cumplido los tres años consecutivos en esta institución cuyas raíces se entremezclan con las de mi familia en tiempo y lugar.

Esos tres años compartimos con la San Andrés que a la postre sería mi fraternidad ya que participaba con la Llamerada Socavón en sus momentos más álgidos por la escasez de componentes, realzando su presentación y generando un "aleteo" que quedó impreso en la retina de miles de espectadores de los Carnavales Orureños de los años 88 y sucesivos.

Los afanes folklóricos estaban reñidos con los quehaceres académicos y la aceptación a mi postulación como nuevo en San Andrés se dio en enero de 1994 cuando la comisión artística encabezada por Aneth Ríos abría una etapa que compartí con Wanda Duran mi compañera de trabajo en el Concejo Municipal, donde Fernando Cajías ocupaba la Concejalía que presidia la Comisión de Cultura, otro compañero que casi obligado se unió a los ensayos fue Javier Mendoza cuyo íntimo amigo Juan Carlos Martínez cerró filas de apoyo armando de esta manera un pequeño equipo al que se sumó Claudia Pinell nuestra "antigua" ya que estuvo una entrada previa, una de las primeras Entradas Universitarias.

En la Fraternidad ya resaltaban nombres como los de Marco Antonio Rocabado, María del Carmen Sanjinez, Rosario Carazas, Jose Larrea, Edgar Perez, Cristal F. Reynaldo Imaña, los hermanos Zurita: Audalia, Lily y Adalid  quienes secundaban en la organización a Jaime Burgos quién en su condición de presidente tuvo la bondad de apoyar decididamente mi puesto de segundo guía muy pronto en la Entrada del Gran Poder.  

Los ensayos eran exigentes, dos noches entre semana y la tarde de los sábados como es tradición nos llevaban a disciplinar nuestro paso y postura al mismo tiempo que fortalecer nuestra amistad entre quienes nos recibían muy fraternalmente intentando hacerme olvidar mi estilo "socavón" en el despliegue de los pasos estudiados y "sobrios" de la San Andrés en las sucesivas entradas folklóricas conocimos muchísima gente personas como Imke Marz con quien alguna vez intercambiamos mensajes por Internet, lindos lugares como Coroico, Potosí Sucre, Cochabamba, lugares que en algunos casos conocía pero que los descubrí nuevamente junto a mis fraternos, compañeros, amigos del alma. 

El paso vertiginoso del tiempo y los acontecimientos me llevaron con el equipo antes descrito a ser miembro de la directiva por dos gestiones consecutivas (95 y 96) a la cabeza de Marco Rocabado compartiendo responsabilidades con Karina García, Lita Rocha, Victor Hugo Sanjinez que en esos años y hasta ahora es el Oso de la fraternidad.  

Todo ese tiempo aprendí que bailar no solamente se reduce a ensayar, esforzarse por cubrir la "cuota" y "rajarse" bailando en las entradas, la danza en Bolivia es mucho más que eso; es una responsabilidad es una pasión es mantenerse lo más posible apegados a las tradiciones, tradiciones como la velada a la virgencita, la promesa a los pies del santo de nuestra devoción, la tradición de llevar el traje de nuestros ancestros sin modificar ni la textura ni los colores de la tela, aspectos que para muchos otros compañeros de San Andrés son solo de "forma", para quienes la prestancia y la cadencia del paso no son importantes, tradiciones como las de realizar una reunión anual apadrinada por el o los "prestes" quienes convocados por su cariño a los demás y seguros que la tradición del ayni nunca los dejará "mal parados", haciendo de su compromiso una cadena interminable de muestras de amor por la fraternidad. 

En ese tiempo tuve el placer de ver y sentir por primera vez en mi vida el golpe de las olas en las playas de Ilo, viaje que se realizó con muchos objetivos, entre ellos aportar a nombre de la Universidad con un granito de arena a la consolidación de la ruta caminera hacia Tacna, duro trayecto que a la cabeza del Dr. Cajias aguantamos estoicamente (sin un solo trago) con la inolvidable Pata, las hermanas Susy y Monica la pareja que forman hasta ahora felizmente casados Marco Yupanqui y Janeth Laura mi querida hermana Claudia Gabriela; en ese y otros viajes atravezamos paisajes hermosos e inhóspitos lugares que ninguna fotografía ni vídeo puede capturar, recibimos el cariño de nuestros compatriotas, el aplauso de los turistas la amabilidad del espectador que inconsciente de sus actos a veces, nos induce al desenfreno experiencias que no dejan de ser lecciones de vida para ser cautos y escapar del "seco contigo". 

En ese tiempo se valoro mucho la búsqueda de la perfección cuando las sucesivas comisiones artísticas a cargo de Esperanza Quisbert, Fernando Caceres y Carlos Verastequi nos dieron cátedra de danza en su esmero por la postura, la elegancia de la frente altiva, la mirada fija en un punto intermedio que facilite el desplazamiento, la limpidez del giro y contra giro que hace de nuestra danza una de las más equilibradas en movimiento y potencialmente muy rica en coreografía, que para ser autocríticos no llegamos a plasmar ni en su tercio.

En todo este tiempo he aprendido mucho, por supuesto también he cometido muchos errores, pero prefiero quedarme con los aciertos, decisiones dificiles que en la vida pueden ser determinantes o desequilibrantes, muchos se inclinan por el compromiso personal, la promesa de amor... fui como muchos llameros y llameras seducido.., no por nuestras parejas, ellas también sucumbieron a los mismos sentimientos de todo ser humano que cuando ve la posibilidad, tiene fe en su contraparte, apuesta al cambio de estado civil, ese fue uno de los aciertos con la ayuda de muchos fraternos, en mi caso Wanda y Marco reforzaron moralmente mis decisiones y ahora disfruto de una linda familia, dos bellas hijas y la esperanza de que en un futuro próximo comparta con ellas nuestro gran escenario, las calles de pueblos y ciudades de nuestra Bolivia ancestral calles de tierra y asfalto bajo un radiante sol o una torrencial lluvia, flanqueados de altas graderías que dan calor humano en el clima más frío, trayectos cortos como los de Coroico o largos como los de Cochabamba. 

Ahora veo que el pequeño "aleteo" de un bloque de poco más 20 danzarines en una entrada del Gran Poder de 1986 ahora es una avalancha casi de 200 korawas y polleras, nuestra vida esta cifrada en esa maraña de acontecimientos tradicionales, reitero que nuestra esperanza es que nuestras generaciones futuras sigan y mantengan esta tradición, transitamos el cuarto de siglo y no somos mas que una fracción de lo que la Llamerada San Andrés llegará a ser, siempre con la participación de quienes se adscriben a esta perspectiva, estaremos ahí mientras los vaivenes de la vida nos den un respiro para preparar el traje, nos permitan ahorrar unos pesos para la cuota y uno o dos dias para ir a bailar con todos ustedes.

Publicar un comentario